
Cultivas el acto escondido tras la palabra.
Ocultas bajo tierra las semillas. Simientes
que engañosos frutos darán y no recogeré.
En mi Edén no se admite fruta podrida.
El dulce se hace amargo en nuestras bocas
pues la manzana de la discordia me vendes.
Pero ignoras que las papilas gustativas
son serpientes domesticadas.
El veneno debajo de la piel se esconde
en el corazón de tu fruto amargo,
en las semillas. Si mientes.