Y mientras urde su trampa, él se deleita con la armonía de las imágenes oníricas dibujadas en su cabeza. El Ello canalla juega con Aracne, mientras ella se ríe de Minerva de una forma diabólicamente perversa.
La cuestión no es tejer, sino manejar los hilos al antojo de cada uno.
martes, 12 de enero de 2010
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