
Somos tan parecidas...A veces pienso que casi podríamos ser la misma persona, si no fuera por la única abismal diferencia que nos separa. Pero en definitiva, ambas estamos encadenadas al mismo poste: el del sufrimiento consciente por algo que quedó lejos, por algo sin retorno.
No estamos solas, pero sentimos estarlo. Buscamos refugio, haciendo daño o sin hacerlo, pero seguimos sin econtrar el calor del fuego que un día se apagó.
Y mientras tanto aparecen nuevos bichejos en el camino. Qué manía. No os acerquéis. Es puro veneno.
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