En un sentido muy egoista, no quiero que sigáis creciendo. No quiero por miedo. No quiero que acabéis convirtiéndoos en un semi-dios inalcanzable con el que no se puede contactar ni a través de un credo.
No quiero pensar que de aquí a un tiempo, vuestro pasado quede tan atrás, que una vez olvidadas vuestras raíces, reneguéis de ellas hasta tal punto de que olvidéis quiénes fuisteis en otro tiempo.
Creced y multiplicaos, pero no olvidéis a quienes estuvieron con vosotros en lo más bajo de la base de la pirámide. Quienes os ayudaron a levantar las aristas, y quienes, una vez en la cúspide, os ayudaron a no quemar vuestra vista con el incandescente Sol.
sábado, 30 de octubre de 2010
lunes, 25 de octubre de 2010
viernes, 15 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)