miércoles, 30 de noviembre de 2011

Desnudez


Desnudos quedan los árboles como desnuda queda la mirada de los que alzan la vista hacia un sol que lucha por arder. Y es que las hojas caducas se las lleva el gélido viento para arropar a los que en las noches de niebla, en sus tejados se tumban a contemplar el cielo estrellado.


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Convenciones de Ginebra


Humanicemos la guerra con la distancia.
Derecho internacional a olvidarnos.
A firmar la paz.
Es un conflicto armado hasta los dientes
de pesada artillería
entre dos y tres fuerzas en rebelión.

Humanicemos la distancia con una guerra
atrincherados en una segunda piel
que siente y no padece.
Porque los kilómetros nos duelen.

Somos heridos de guerra
por jugar con armas químicas.
Soldados sulfúricos que se desangran
en medio de una batalla campal.

Somos heridos de una cruzada
que nos pilló desprevenidos.
Estrategas que se lloran las heridas
con intención de curarlas.

Somos una triple entente rota en pedazos
por el estallido de un obús
que cayó entre nuestras sábanas.
Explosión sentimental con dosel.
Y los demás están de más en nuestro conflicto
sinfónicamente ensordecido.
No hay aliados. Solo vencidos.

Humanicemos la guerra con la distancia.
Firmemos una tregua de por vida
porque nos estamos tocando el alma.


jueves, 22 de septiembre de 2011

Actrix


Sueñan con escenarios de terciopelo acortinados, porque son versátiles actrices.
Sueñan con papeles bien pagados y virtud reconocida a pesar del aroma de su carne corrupta.
Se sueñan monógamas bailarinas de la danza del vientre que albergará el fruto de la cosecha estival. Pero despiertan en las calurosas mañanas, envueltas en su sudor hecho el pan que han de llevarse a la boca.

Son prostitutas en la noche urbana de los caballeros que las contemplan y desvisten con ojos ciegos y garganta sedienta de su néctar.
Su miel los atrapa dándoles dulce muerte. Y como castigo, los vestidos escarlata les son arrancados de sus frágiles cuerpos, casi cadáveres.
Ya los dan por perdidos a los pies de camas sin dosel porque son doncellas chárter. Doncellas de alcoba con paredes amohadas y mobiliario carcomido, donde descansan sucias monedas que para ellas son de plata. Y es que aunque gozosas de lujuria, viven sin ser pudientes en lo terrenal pues dependen de la costilla del hombre.

Entre las sábanas se vuelven amazonas que montan a horcajadas mientras comen de la fruta prohibida.
Cuando el falso Romeo se amansa y aletarga, contemplan su imagen desnuda mientras se tocan los pechos enrojecidos como soles dignos del ocaso.
Y tras vestirse de nuevo al alba, toman las riendas de su vida escapando de la cuadra enmoquetada.
Sin embargo, vuelven a danzar de noche, a actuar hasta la mañana, porque sueñan con teatros de terciopelo, las heroínas de las mil caras.