viernes, 25 de marzo de 2011

Primaveras rotas



Giratorio mecanismo de una chimenea
que no suelta humo sino luz.
Distraes mi inhóspita mente ya perdida.
Observo ahora, a las palomas voladoras
que juegan a encontrarse,
a acariciarse pluma a pluma.
Pero qué diferentes son las mensajeras.
Ellas juegan a perderse. Juegan a soñar.
Ya no son las mismas que ayer.
Tampoco mañana serán igual.
Surcan sus mensajes los añiles cielos
y bajo arboladas sábanas dormitan.

Giratorio mecanismo de una chimenea
que no suelta humo sino un invisible gas.
Adormece mi estéril mente.
Súmela en un infinito sueño sin despertar.
Facilítale el viaje a una luna de papel,
de esas que las supernovas no pueden
encender. Ni siquiera apagar.
De esas desechables que un niño
volver a dibujar mil veces sabe.
Un satélite sin luz, sin vida propia,
de sombreada personalidad única.
De locura transitoria incandescente.

Giratorio mecanismo de una chimenea
que ya no suelta humo, que ya no suelta nada.
Te has apagado como mi empapelado astro
en este tiempo de primavera rota.
Digamos adiós al sueño, a la locura infinita,
al hollín, a las palomas y a las supernovas.
Digamos adiós a esas lunas de papel
que en el agua de lluvia, quedan ahogadas.




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