domingo, 27 de junio de 2010

Gracias por hacer de tu problema un dogma que nadie creyó. La culpa es mía de todas maneras.No quiero que mi nombre sea pronunciado,las palabras se las lleva el viento, y las quejas incoherentes aún más.
No seré yo quien vuelva a meter el pie donde no hubo que meterlo jamás.
Los hoyos están para los muertos. Los vuelcos del corazón están para los débiles.
Estoy cansada, vencida, derrotada. No aguanto más una batalla de desgaste.
Es el punto final de una guerra que tanto tiempo duró pero que ni siquiera tendría que haber empezado.
Me arrepiento de cargar un fusil que ni siquiera llevaba mi nombre.
Seguiré siendo pacifista, como lo fui en un principio.
El agotamiento me hace retirarme de una lucha sin fin, que más bien es una lucha por errores incoherentes, estúpidos y mundanos de mi vida.
Feliz victoria para tu persona, personaje, débil e inocente, que jamás debería haber ennegrecido mi vida.

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