Clava tu mirada en la mía, al mismo tiempo que entonas un Do Re Mi Fa Sol en clave de sordo mudo.
Escucha lo que quieres decir, oye lo que no quieren que digas, pero de la boca del más impoluto ser existente.
Vuela entre archipiélagos de ideas inconexas, y nada en sus mares llenos de motivación y esplendor relajante.
Sus burbujas te sumergen en la más imposible de las angustias, mientras que sus nubes te mecen entre tonterías sin sentido con forma de agujeros negros.
Cae a la tierra de nuevo, de pie a ser posible, y sigue clavando tu mirada en la mía.
¿Has tenido un buen viaje? ¿Han cambiado tus sentimientos?
Los míos tampoco. Bienvenido al mundo en el que la imaginación se estrella nada más despegar.