Me encantan los días de frío y niebla.
Al resto de los habitantes normales y corrientes, contantes y sonantes, en general, parece ocurrirles lo contrario.
Pues lo siento señores, pero ya han tenido demasiados días bonitos y soleados con los que sonreir.
Ahora la sonrisa que se ha de dibujar es la mía, por mucho que les joda.
viernes, 11 de diciembre de 2009
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